El Vino y
sus aromas es un tema de nunca acabar, pero sin duda alguna el aroma
es la parte fundamental de la cata de vinos. Saber
distinguir los aromas nos permite conocer mejor el vino que tenemos
en frente, si es de buena calidad o simplemente no lo es.
Una
de las más famosas expertas en el mundo de la enología es Mary
Orlin,
quien escribe la columna The
Wine Fashionista en The
Huffington Post.
Ella sostiene que existen 6 aromas que pueden decirnos si un vino es
malo o está en mal estado, 6 defectos que nos pueden dar una idea
más clara del vino y su verdadero estado. Acompáñanos y descubre
cuáles son estos 6 malos aromas del vino.
- Aroma ácido: Cuando un vino tiene excesiva acidez, el aroma que percibiremos será a vinagre o acetona, este aroma nos dirá que el vino ha sido afectado por alguna bacteria. Por ninguna razón este vino está apto para el consumo. Puede usarse en la cocina como vinagre en el mejor de los casos.
- Aroma a óxido: Este olor se asocia a vino pasado, suele parecerse al aroma del jerez o la nuez, también se reconoce por un rojo intenso en los vinos tintos y un dorado profundo en los vinos blancos. Casi siempre se debe que este vino ha sido abierto con anterioridad o porque estaba mal cerrado. Aunque se puede beber, lo ideal es no hacerlo.
- Aroma a sulfuro: El vino que ha sido elaborado con demasiados sulfuros, su aroma se asemejará al del huevo podrido. El abuso del sulfuro se debe a la eliminación de bacterias propias del vino. Lo recomendable es no beber este vino, puede llegar inclusive ser nocivo para la salud.
- Aroma a Brettanomyces: Este aroma se debe a la levadura, este olor asemeja al sudor humano. Aunque no es nocivo e inclusive algunas personas gustan de este vino, es señal de que no está bien. Aquí dependerá del gusto de cada uno.
- Aroma a corcho: Quizá el aroma más sencillo de reconocer de los 6, el aroma a corcho, humedad o a cuero mojado saltará a la nariz. Este suele deberse a la bacteria que vive en el corcho, que lo estropea y con él al vino. No es recomendable beberlo.
- Aroma a sulfito: El aroma se asemeja al que desprende un fósforo o una cerilla cuando la acabamos de encender, suele pasar en los vinos recién y mal embotellados. Se puede beber ya que no es dañino.
Cuando
el vino está en mal estado y lo acabamos de comprar, no
nos debe dar vergüenza devolverlo, o pedir que nos lo cambien.
Incluso aunque se trate de un vino barato y el gasto haya sido
mínimo, tiene que estar en condiciones aptas para el consumo, por lo
que debemos hacer valer nuestros derechos.
Otro
caso diferente es cuando el vino se ha comprado hace tiempo,
aunque se haya conservado cerrado y en aparentes buenas condiciones.
En ese caso es difícil la devolución, porque el comerciante no
puede saber cómo se ha conservado el vino. Hay que recordar que el
equilibrio del vino es frágil, y unas pocas horas a una temperatura
inconveniente pueden haber bastado para estropearlo. ¿Cómo podría
hacerse cargo entonces el comerciante?
Recuerda
que ni
los vinos mas caros están exentos de presentar problemas,
así que, cuando esto pase, procura retener los malos aromas para
identificarlos mejor si te los vuelves a encontrar. Gracias a:
Paolo Caffelli y Taninotanino(Foto)..
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