Las aguas están más de moda que nunca. Los diferentes tipos, composiciones y diseños han llamado la curiosidad de los consumidores y los medios. El agua embotellada refleja un momento socio-cultural y económico próspero. Ya no bebemos agua por obligación o costumbre, si no por placer y salud. A partir de los ochenta vemos que su comercialización se populariza. Y que a pesar de ser inodoras, incoloras e insaboras empiezan a cobran protagonismo diferentes formatos y marcas. La cata sensorial de aguas ha emocionado a sommeliers y gastrónomos.
En los restaurantes, junto a la carta de vinos ya existe una lista específica de aguas. El agua San Pellegrino y Panna, han visto esta próspera relación en el restaurante y han ideado un estudio con someliers para redactar un “Libro de Aguas” .